1. Daños causados por objetos extraños

Rueda del compresor o turbina dañada, geometría variable deteriorada.

2. Falta de lubricación

Grietas de desgaste y transferencia de material causadas por la fricción entre metales y las altas temperaturas como resultado de limitaciones en el suministro de aceite. Las posibles causas son una instalación incorrecta de las juntas y el uso de juntas o lubricantes de baja calidad.

Alta temperatura y transferencia de material desde el cojinete.

Posicionamiento incorrecto de la junta.

3. Contaminación del aceite

Daños en los cojinetes provocados por una alta densidad de carbono en el aceite, causados por intervalos de cambio de aceite prolongados o un mantenimiento deficiente. Daños en los cojinetes causados por una viruta de acero suspendida en el aceite tras una reparación mayor del motor.

Cojinete desgastado y rayado, material transferido al eje.

Las partículas grandes en el aceite pueden provocar mellas y marcas profundas.

4. Exceso de velocidad de giro y temperatura excesiva

Deterioro del turbocompresor provocado por el funcionamiento más allá de sus parámetros de diseño o fuera de las especificaciones del fabricante del vehículo. Problemas de mantenimiento, un uso inadecuado del motor o mejoras de rendimiento no autorizadas pueden llevar las velocidades de giro del turbocompresor más allá de sus límites de funcionamiento, provocando fallos por fatiga en las ruedas del compresor y la turbina.

El efecto de “piel de naranja” en la parte trasera de la rueda del compresor es una clara señal de sobrecarga.

Rueda de turbina con fallo por fatiga causado por exceso de velocidad de giro.